Otra jornada en la que me siento predispuesto a escribir. Tengo dos cosas abiertas y pendientes, sobre las cuales no sé muy bien cómo seguir. Incluso, ni siquiera tengo muy claro sobre cuál de las dos deseo escribir.
El sueño que tuve y la historia mitológica se me presenta atractiva. Pero también tengo ganas de continuar con mis viejitas, que están algo abandonadas.
Creo que lo que me falta para poder entusiasmarme con mis viejitas es establecer un poco más precisamente la trama. Es decir: tengo a mis cuatro personajes y a una razón posible para el encuentro. Lo que me falta es el nudo, lo que le da un sentido mayor a la acción. Lo que hace que esa acción tenga un sentido humano, propio de todos. Creo que la identificación con los personajes sería casi inmediata... todos tenemos tías o abuelas que han sido así; incluso madres que han sido así, en algunos casos.
Me cuesta pensar en diálogos sobre estos personajes... quizás sea por eso que quiero empezar por ahí.
Repasemos a los personajes: Clara, pianista frustrada, solterona. Rosa, ingenuota, con un sentido profundo de la vida que se asoma con una simplicidad absoluta. Araceli, cocinera de toda la vida, muy ama de casa. Leonor, amante del orden (incluso del orden militar) y literata.
¿Qué clase de interacción pueden tener cuatro seres de esta calaña? Creo que eso es lo que no encuentro: ese punto en común que puede dar para algo interesante de ser contado. Lo único que tengo de más o menos interesante es el disparador: la idea del pedo.
Impecable. Ese es el disparador (y es gracioso decir "disparador" cuando hablamos de un flato) Qué buena historia - trama podés hacer con esas cuatro y el pedo. Me da la sensación de uno tirado en medio del ave maría. Es digno de escribir una historia así, no las abandonés a las viejitas. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias por pasarse y por vuestro comentario, noble caballero. Me he dado el gusto de visitar su espacio y encontrar allí con gratas palabras. Se ha ganado un seguidor.
ResponderEliminarMe permito comentar, a modo de mera reflexión, que no estoy seguro que los flatos se disparen. Aún con su polvóreo sonido y pudiendo ocasionar lesionados por el suceso, considero que el término "expulsar" es más correcto. Este análisis parte sobre todo de una sensación física, de un inevitable alivio para el sujeto. En fin, el flato es un tema tan antiguo como el hombre y que seguirá dando debate. Un abrazo para usted.