Este blog surgió entre el aburrimiento de un lunes 23 de noviembre de 2009 y las ganas de tener un libro de recortes de diversas ideas para cuentos, historias o, quién dice, alguna novelita (¿y? ¿quién dice? ¿eh?).
Han pasado un par de años y creo que ninguna de las historias que comencé a bocetar por aquí ha avanzado. Me propongo entonces desempolvar un poco el altillo del blog; la baulera de esta bitácora; el sótano del departamento; el cajón de abajo de todo de algún mueble, ese que uno nunca sabe qué corno tiene.
Decía, entonces. Índice de ideas sobre las que me he propuesto escribir y nunca he desarrollado:
1. La misma historia contada por diversos asistentes a una cena. Todas las historias comparten un lugar de inicio similar y se van ramificando hacia lugares diferentes.
2. Señoras muy finolis reunidas. En uno de esos encuentros, una de ellas se tira un potente flato.
3. Siete monjes en una caverna evitando que salga un bicho feo que hay del otro lado de siete puertas (dilema existencial).
4. Fundación del "Club de la Queja" y su posterior deserción cuando sus miembros se dan cuenta de que la queja no tiene ningún sentido si no es transgresora.
5. Historias instantáneas. Escribir todas las ramificaciones mentales en el transcurso de alguna actividad cotidiana de un tipo (por ejemplo, llendo a comprar pan). Qué historias se van gestando en la cabeza del tipo.
La pucha, ¿en casi tres años esto es todo? ¡qué perezoso he estado!
De todo esto, las ideas que más me gustan son las dos primeras: que varios personajes cuenten, de manera diferente un mismo suceso, y la inolvidable historia de las señoras y los pedos.
El Club de la Queja no está nada mal, aunque sería más una crónica que un cuento. Al menos así me lo imagino: un narrador externo relatando lo que sucede con la fundación del Club, sus primeros miembros, su popularización, su crisis y su cierre definitivo.
Las "historias instantáneas" todavía necesitan tomar un poco de forma para que me resulten tentadoras: elegir una forma de contarse. Sospecho que lo mejor sería una tercera persona. Puedo describir de manera muy detallada el transcurrir de un rato de un tipo y ver qué me va surgiendo desde allí. Tengo que pensar cómo dejar en claro qué cosa es lo que le está pasando y qué cosas se imagina el tipo. Supongo que si son historias fantásticas esto puede quedar claro... pero si son historias del orden de lo realista, tengo que buscar algún tipo de alternativa.
Si algún lector incauto cae por aquí que me diga cuál de los temas le gusta más para un desarrollo. Y cualquier aporte es bienvenido.
Mmm... complicado. Me inclino por la primera y la quinta opcion.
ResponderEliminarPuede llegar a ser algo muy entretenido leer sobre esa cena, donde imagino que hablaran de un tercero que no asistio o que llega tarde. Si no se apura le robo la idea.
El tipo que compra el pan, no lo veo comprando el pan. Sera que me condicionan mis propias formas, pero a la hora de comprar el pan (domingo a la mañana, por ejemplo) no se me ocurren demasiadas cosas que inspiren pensamientos. Lo veo mas como a la salida de una fiesta intrascendente en la que no paso nada, esquivando borrachos, sorteando diarieros y vendedores de flores. En fin, son comentarios nomas.
Un gran saludo estimado.
¡Me gusta la idea de otro participante! un tardero, creo yo, que pueda aparecer para ayudar a un cierre de la historia. Buena idea, caballero.
ResponderEliminarLo del tipo yendo a compra pan fue tirado como mera ilustración (qué asco, un pan con tinta). Creo que tengo que encontrar primero qué quiero contar; cuál es la idea conectora. A partir de allí me será fácil sabe qué corno está haciendo el ñato. Ojo: puede estar yendo a comprar pan a la salida de un boliche! jeje.
Gracias por pasarse, estimado.
Hola Pablo!!! me gustó tu blog. Cuando leí tu primera opción pensé en recomendarte una novela de Faulkner llamada En la ciudad. Faulkner es un maestro en eso de pasar de una perspectiva a otra, y en este caso va creando la historia de una ciudad a partir de varios personajes, muchas veces cuentan el mismo suceso, otras no, pero todo se va uniendo, es una novela orquestal. No tiene desperdicio, besos!! Lucía
ResponderEliminarHola Lucía! De Faulkner leí Palmeras salvajes y, creo, El ruido y la furia. Tiene un estilo interesante. Voy a considerar En la ciudad, gracias por la sugerencia. Me gusta eso de la "novela orquestal".
ResponderEliminarSalute!